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sábado, 25 de enero de 2014

Oporto

PORTO, UNA CIUDAD DEGRADADA CON PERSONALIDAD PROPIA

Después de 2 horas de vuelo (des de BCN) llegamos a Porto. Aún no sabíamos como llegar hasta nuestro alojamiento. Al salir por la puerta del aeropuerto nos encontramos a una azafata que repartía mapas turísticos de la ciudad y eso nos hizo decidir ir en metro hasta el residencial dónde nos alojábamos, ya que se encuentra a 800m de la parada 24 de Agosto y el precio es de 2,35 euros, muy inferior al del taxi.

Al salir del metro estábamos un poco desorientadas, pero amablemente, los portugueses al vernos se acercaron a preguntar e incluso una pareja mayor se ofreció a acompañarnos hasta la calle del Residencial Porto Madrid.

El Residencial Porto Madrid es un alojamiento turístico que cuenta con 12 habitaciones económicas. En nuestro caso nos alojamos en una habitación con literas y baño compartido, pero hay la posibilidad de no compartir baño si te alojas en otro tipo de habitación. El residencial no cuenta con ningún tipo de servicio complementario, no ofrece ni desayuno, pero se encuentra en el corazón de la ciudad, a pocos metros de la Praça da Batalha y del Ponte do Infante y la relación calidad/precio es correcta.

Durante el primer dia en Porto decidimos ir a informarnos a la oficina de turismo y el agente nos aconsejó comprar por el asequible precio de 19 Euros un tíquet para dos días que incluía, bus turístico azul, paseo en barco por el Douro y visita con cata de vinos a las bodegas Cálem.

Para comer, justo en la misma calle dónde se encuentra nuestro alojamiento (rua de Alexandre Herculano) encontramos un café, llamado “café Lobito” que ofrece unos platos típicos a muy buen precio (6e/pax). Seguidamente decidimos empezar a explorar la ciudad con el bus turístico.

Bajamos en la parada 16, cerca de la Igreja do Carmo, la Torre dos Clérigos, la Universidad de Porto y la famosa librería Lello. Al llegar a la universidad, situada en el centro de una gran plaza, encontramos a la tuna de la universidad celebrando la llamada movida de Porto, hicimos algunas fotos y continuamos hacia la 3ª librería más bonita del mundo, la “Livraria Lello”, dónde fueron grabadas varias escenas de la saga Harry Potter. 

 La Livraria Lello es un lugar pequeño pero impresionantemente hermoso presidido por su peculiar escalera central de color rojo. Todo es de madera y eso la hace más acogedora y le da un aspecto antiguo. La pena es que no se pueden tomar fotos ni grabar, tan solo te puedes llevar el recuerdo de esta impresionante librería, convertida también en un lugar de descanso dónde puedes tomar un café disfrutando de una buena lectura.


Seguimos nuestro recorrido hacia la Torre dos Clérigos, entramos y decidimos subir al mirador por 2e/pax. Las escaleras son las típicas de las iglesias, desiguales, en forma de caracol y cada vez más estrechas. Al llegar a la cima se puede contemplar una vista panorámica de la bella ciudad. Sin duda una visita que vale la pena si tienes la oportunidad de viajar a Porto.



Para acabar el día, volvimos a coger el bus para contemplar desde arriba las afueras de la ciudad, así como el monumento a la guerra peninsular, la casa de la música, el museo de arte Serralves y sin lugar a duda el momento más mágico de nuestro viaje, disfrutamos de la maravillosa puesta de sol en la orilla del Océano Atlántico.

Bajamos de nuevo en la parada nº9 para poder pasear por el barrio de la Ribeira, junto al río Duero, y encontramos una pequeña iglesia medieval, la Igreja de s.Nicolau, pequeña pero muy bonita que conserva su retablo original un poco deteriorado a causa de un incendio.

Pasear por la Ribeira de noche es la esencia de Porto, se pueden contemplar los famosos puentes de Luís I i el del Infante iluminados, todo esto forma unas vistas espectaculares que contrastan la modernidad con la antigüedad. El Cais Ribeira te ofrece una gran variedad gastronómica a la vera del río Duero, pero en nuestro caso decidimos explorar callejones y cenar en el restaurante “ Porto Escondido” que cuenta con un servicio muy atento y unos precios muy asequibles.

Al levantarnos el segundo día, teníamos planeado ir a desayunar al famoso café Majestic, situado en la Rua Santa Catalina, a pocos metros de nuestro residencial, pero los planes no salieron tal y como esperábamos, ya que el café más famoso de Porto estaba cerrado por reformas. Nos quedamos sin disfrutar de un buen café en el Majestic, pero no sin un buen café de los que ofrece Portugal, porque en la rua Santa Catalina se encuentran varios dónde poder desayunar como un rey.





Para seguirdescubriendo diferentes rincones de la ciudad, cogimos el bus para bajar en la parada 3 que corresponde al Cais de Gaia, al otro lado del río Duero. Allí fuimos a visitar las bodegas Cálem, la visita era guiada y nos explicaron las características propias del vino de Porto y el proceso de elaboración, así como también los diversos tipos de vino que producían y finalmente acabamos el recorrido con una cata de vino blanco y rubí. La bodega Cálem es pequeña, pero estando en tierra de buen vino se debe ir a visitar alguna de ellas y aprender un poco de enocultura.

En el mismo barrio de las bodegas, a 50 metros, salía el barco que contratamos en la oficina de turismo. El tiempo no nos acompaño mucho, pero igualmente recorrimos el río pasando por los diferentes puentes y disfrutamos del paseo a lo largo del Douro.

Durante la última tarde de nuestra estancia decidimos ir a visitar el Palácio de cristal, pero como viajeras aventureras que somos, escogimos una ruta alternativa para llegar al lugar. No entramos por la puerta principal que está a pié de calle, sino que bajamos en la parada 8 del bus turístico y fuimos subiendo por calles de adoquines estrechas y antiguas hasta llegar al museo románico. En el museo románico hay una puerta secundaria que accede al palacio, pero se han de subir unas 150 escaleras aproximadamente. Este recorrido merece la pena porque te adentras en las calles más antiguas y al llegar arriba hay un hermoso paseo lleno de arboles y flores que te conduce al palacio. El Palácio de Cristal vale la pena verlo por fuera y pasear por su jardín que está lleno de pavos reales.


Nuestro viaje se acababa y por eso decidimos pasar por última vez por la catedral y caminar un poco por el centro. Porto es una ciudad pequeña y encantadora que se puede visitar en 2 días , la gente es muy amable con los turistas y los precios de la ciudad son baratos. Todos los viajes se acaban, pero siempre te queda el recuerdo de todas las aventuras y experiencias vividas, anhelas las ciudades que dejas atrás, pero te das cuenta que te quedan muchos rincones del mundo por descubrir y eso te hace feliz. Espero que algún día podáis vivir vuestras experiencias en Porto y os sirva este post de ayuda.

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