PORTO, UNA CIUDAD
DEGRADADA CON PERSONALIDAD PROPIA
Después de
2 horas de vuelo (des de BCN) llegamos a Porto. Aún no sabíamos
como llegar hasta nuestro alojamiento. Al salir por la puerta del
aeropuerto nos encontramos a una azafata que repartía mapas
turísticos de la ciudad y eso nos hizo decidir ir en metro hasta el
residencial dónde nos alojábamos, ya que se encuentra a 800m de la
parada 24 de Agosto y el precio es de 2,35 euros, muy inferior al del
taxi.
Al salir del
metro estábamos un poco desorientadas, pero amablemente, los
portugueses al vernos se acercaron a preguntar e incluso una pareja
mayor se ofreció a acompañarnos hasta la calle del Residencial
Porto Madrid.
El
Residencial Porto Madrid es un alojamiento turístico que cuenta con
12 habitaciones económicas. En nuestro caso nos alojamos en una
habitación con literas y baño compartido, pero hay la posibilidad
de no compartir baño si te alojas en otro tipo de habitación. El
residencial no cuenta con ningún tipo de servicio complementario, no
ofrece ni desayuno, pero se encuentra en el corazón de la ciudad, a
pocos metros de la Praça da Batalha y del Ponte do Infante y la
relación calidad/precio es correcta.
Durante el
primer dia en Porto decidimos ir a informarnos a la oficina de
turismo y el agente nos aconsejó comprar por el asequible precio de
19 Euros un tíquet para dos días que incluía, bus turístico azul,
paseo en barco por el Douro y visita con cata de vinos a las bodegas
Cálem.
Para comer,
justo en la misma calle dónde se encuentra nuestro alojamiento (rua
de Alexandre Herculano) encontramos un café, llamado “café
Lobito” que ofrece unos platos típicos a muy buen precio (6e/pax).
Seguidamente decidimos empezar a explorar la ciudad con el bus
turístico.
Bajamos en
la parada 16, cerca de la Igreja do Carmo, la Torre dos Clérigos, la
Universidad de Porto y la famosa librería Lello. Al llegar a la
universidad, situada en el centro de una gran plaza, encontramos a la
tuna de la universidad celebrando la llamada movida de Porto, hicimos
algunas fotos y continuamos hacia la 3ª librería más bonita del
mundo, la “Livraria Lello”, dónde fueron grabadas varias escenas
de la saga Harry Potter.
La Livraria
Lello es un lugar pequeño pero impresionantemente hermoso presidido
por su peculiar escalera central de color rojo. Todo es de madera y
eso la hace más acogedora y le da un aspecto antiguo. La pena es que
no se pueden tomar fotos ni grabar, tan solo te puedes llevar el
recuerdo de esta impresionante librería, convertida también en un
lugar de descanso dónde puedes tomar un café disfrutando de una
buena lectura.
Seguimos
nuestro recorrido hacia la Torre dos Clérigos, entramos y decidimos
subir al mirador por 2e/pax. Las escaleras son las típicas de las
iglesias, desiguales, en forma de caracol y cada vez más estrechas.
Al llegar a la cima se puede contemplar una vista panorámica de la
bella ciudad. Sin duda una visita que vale la pena si tienes la
oportunidad de viajar a Porto.
Para acabar
el día, volvimos a coger el bus para contemplar desde arriba las
afueras de la ciudad, así como el monumento a la guerra peninsular,
la casa de la música, el museo de arte Serralves y sin lugar a duda
el momento más mágico de nuestro viaje, disfrutamos de la
maravillosa puesta de sol en la orilla del Océano Atlántico.
Bajamos de
nuevo en la parada nº9 para poder pasear por el barrio de la
Ribeira, junto al río Duero, y encontramos una pequeña iglesia
medieval, la Igreja de s.Nicolau, pequeña pero muy bonita que
conserva su retablo original un poco deteriorado a causa de un
incendio.
Pasear por
la Ribeira de noche es la esencia de Porto, se pueden contemplar los
famosos puentes de Luís I i el del Infante iluminados, todo esto
forma unas vistas espectaculares que contrastan la modernidad con la
antigüedad. El Cais Ribeira te ofrece una gran variedad gastronómica
a la vera del río Duero, pero en nuestro caso decidimos explorar
callejones y cenar en el restaurante “ Porto Escondido” que
cuenta con un servicio muy atento y unos precios muy asequibles.
Al
levantarnos el segundo día, teníamos planeado ir a desayunar al
famoso café Majestic, situado en la Rua Santa Catalina, a pocos
metros de nuestro residencial, pero los planes no salieron tal y como
esperábamos, ya que el café más famoso de Porto estaba cerrado por
reformas. Nos quedamos sin disfrutar de un buen café en el Majestic,
pero no sin un buen café de los que ofrece Portugal, porque en la
rua Santa Catalina se encuentran varios dónde poder desayunar como
un rey.
Para seguirdescubriendo diferentes rincones de la ciudad, cogimos el bus para
bajar en la parada 3 que corresponde al Cais de Gaia, al otro lado
del río Duero. Allí fuimos a visitar las bodegas Cálem, la visita
era guiada y nos explicaron las características propias del vino de
Porto y el proceso de elaboración, así como también los diversos
tipos de vino que producían y finalmente acabamos el recorrido con
una cata de vino blanco y rubí. La bodega Cálem es pequeña, pero
estando en tierra de buen vino se debe ir a visitar alguna de ellas y
aprender un poco de enocultura.
En el mismo
barrio de las bodegas, a 50 metros, salía el barco que contratamos
en la oficina de turismo. El tiempo no nos acompaño mucho, pero
igualmente recorrimos el río pasando por los diferentes puentes y
disfrutamos del paseo a lo largo del Douro.
Durante la
última tarde de nuestra estancia decidimos ir a visitar el Palácio
de cristal, pero como viajeras aventureras que somos, escogimos una
ruta alternativa para llegar al lugar. No entramos por la puerta
principal que está a pié de calle, sino que bajamos en la parada 8
del bus turístico y fuimos subiendo por calles de adoquines
estrechas y antiguas hasta llegar al museo románico. En el museo
románico hay una puerta secundaria que accede al palacio, pero se
han de subir unas 150 escaleras aproximadamente. Este recorrido
merece la pena porque te adentras en las calles más antiguas y al
llegar arriba hay un hermoso paseo lleno de arboles y flores que te
conduce al palacio. El Palácio de Cristal vale la pena verlo por
fuera y pasear por su jardín que está lleno de pavos reales.
Nuestro viaje se acababa
y por eso decidimos pasar por última vez por la catedral y caminar
un poco por el centro. Porto es una ciudad pequeña y encantadora que
se puede visitar en 2 días , la gente es muy amable con los turistas
y los precios de la ciudad son baratos. Todos los viajes se acaban,
pero siempre te queda el recuerdo de todas las aventuras y
experiencias vividas, anhelas las ciudades que dejas atrás, pero te
das cuenta que te quedan muchos rincones del mundo por descubrir y
eso te hace feliz. Espero que algún día podáis vivir vuestras
experiencias en Porto y os sirva este post de ayuda.